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LA MODA EN PUNTA DEL ESTE 20/01/11
![]() Pero nos ocuparemos de aquellas y aquellos que se producen para bajar a a la playa, una de las mejores vidrieras para desplegar todo tipo de encantos. Eso sí, más vale morir en el intento que pasar inadvertido ante los ojos de los fashion victims (víctimas de la moda). Las argentinas nos tienen acostumbrados a los vestidos lánguidos, al color blanco y a una “onda más relajada” como ellas se jactan. Error. El devenir de las brasileñas ha provocado ira en las niñas esteñas y han salido con los tacones de punta para no quedar a la retaguardia en este período estival. Enorme zapatones, suecos a lo Brigidte Bardot, sombreros o las clásicas pamelas, bandanas, aros gitanos larguísimos, pelos recogidos o revueltos son algunas de las llaves para estar in. Atención que los hombres tienen su segmento. Más preocupados por sus pectorales que por la conquista, los jóvenes y los maduros han renovado su vestuario. Los más osados se atreven a llevar estrechos trajes de baño, sin llegar a la sunga carioca, aunque han reducido varios centímetros sus bañadores. Las musculosas son infaltables “hay que lucir el trabajo de todo un año de gimnasio” cuenta Facundo mientras toma su licuado. Onda light, no, nada más lejos de la realidad. Se empieza por las bebidas sin alcohol y se derrapa con seis o siete caipiriñas antes del atardecer. Mas que la vida misma, imprescindibles los anteojos de sol. Los Ray Ban que las Angeles de Charlie impusieron en los 70’ son los elegidos. Enormes bolsas de playa en cuero o géneros hindúes denotan lo folk en el balneario top. Las que sienten los aires de Líbano en su piel, claro, adornan sus piernas con tobilleras de plata y otras con caderines a lo Shakira Mubarak. El broderie, las puntillas, hablar o mandar burbujas por el black berry, bailar con el Ipod en medio de la arena solo, o acompañado, resumen un exitoso verano para la costa uruguaya. Diez por ciento más de argentinos que otros años es la estadística y los precios, por supuesto por las nubes. Pero es un saber popular “el que quiere el Este, que le cueste”. Horror, espanto, escozor, “tipo que nada que ver” según los modismos que se oyen en el Perogrullo, es caer con el kit de mate. “Esas enormes cantimploras de cuero, con detalles pampas y el termo forrado, por Dios, es lo más out” asevera con firmeza Violeta, una de las que se identifica como in. “Tipo que traes solo el termo, la yerba y el mate. Nada más. Please que no da todo el armatoste”, concluye Magda, una estudiante de diseño en la UBA. Algo que nunca estará de mode son las clásicas y comodísimas hawaianas. Ahora de todos los colores e incluso varias artesanales y pintadas a mano “art to wear” (llevar el arte en el cuerpo), como las define su creador, Eduardo Pérez González. Director de cine, devenido en diseñador de zapatos, que junto a su socio despliegan sus artículos cual feria ibicenca, agotan stock en menos de dos horas en su venta ambulante. “No sé que es lo que pasa o quieren en verdad estos jóvenes, lo que si se es que todos se creen originales y extravagantes”, determina el nobel designer. Actitud ante todo. Eso es lo que importa. Los más conformistas, con bermudas hasta las rodillas, remeras con varios lavados y portando gafas envolventes, reclaman su espacio obviando el último grito de la moda y aferrándose al aullido de los antifashionistas. “Somos cool, tranquilos, onda surfers. Parafina en el pelo, siempre en manada y con celulares prestados por nuestros padres, nos reímos de todo este circo” asegura Lucio a punto de entrar al mar con su tabla. A lo europeo. Ellos, los in, descienden por las calientes arenas llevando camisa de manga larga y arremangada, shorts de nylon, como aquellos de antaño cuando Pingüin y Fred Perry estaban en boga. Son los que reviven los vientos mediterráneos en Punta. Eso sí, cuidado al salir del agua que la anatomía y las transparencias de la tela de avión no perdonan ni el más mínimo tamaño. Me explico… Una constante son los bolsos en los hombres. De cuero o lona, como los que nuestros progenitores y abuelos llevaban al squash marcan la tendencia retro. La que se aferra con uñas y dientes en la península y dará pelea por mucho tiempo. La marca del deseo y los sueños incumplidos son algunas de las extensas leyendas que versan los tatuajes. Unisex, para todos los sexos, las pieles talladas y en cualquiera parte del cuerpo, están a la orden del día. Al caer la noche las ultra minis de lentejuelas, tacos de 15 cm y camperas de cuero son parte del atuendo más acertado. En los varones, los pantalones bombillas y las holgadas camisas, o remeras tipo Lacoste predominan. Ah, por cierto, si hacer dedo a usted le parecía una antigüedad pues se equivoca, nada mas in que recorrer la mansa y la brava en compañía de un desconocido. Una oportunidad según algunos terapeutas, para relatar anécdotas en el escueto o prolongado viaje de regreso a casa. Eso sí, haga autostop con estilo, que para ello aquí también existe un manual. Cuidado no vaya quedar usted atrapado en el vapuleado status de los out. |
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